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Los complejos II: Amar al cuerpo por LO QUE es y no por CÓMO es

downloadSi no tengo un cuerpo esbelto no soy merecedor/a de cosas buenas.

Si no soy guapo/a no me van a pasar ciertas cosas.

Mi éxito personal y profesional depende de mi aspecto.

 ¿Te resuenan estas frases? En los últimos días recibo en consulta bastantes casos de personas acomplejadas por su físico. Algunos/as son adolescentes, la edad más sensible y propensa a ello, y otras personas de mediana edad. Algunos/as con un aspecto físico que cumple con creces las expectativas de unos cánones de belleza establecidos y otras que no encajan tanto dentro de esos patrones. Gente y personas muy diversas social o culturalmente, ACOMPLEJADAS.

Sin duda nuestra imagen nunca antes había estado tan expuesta. Expuestos/as en las redes como actores y actrices amateurs que tratan de interpretar a su personaje de la manera más perfecta posible. Fomentando unos valores que nos construyen desde fuera.

¿Qué luz usar para disimular tus ojeras? ¿Cómo usar filtros que te embellezcan? ¿Cuál es el color perfecto de maquillaje para eliminar ciertas impurezas?

Muchos jóvenes de hoy en día explican abiertamente sus operaciones estéticas en Youtube, ofrecen consejos sobre cómo mejorar ciertos “defectillos” y normalizan unas prácticas que antes eran mucho más puntuales o excepcionales.

Y personalmente aunque mi autoestima es fuerte, aún cuando me pongo delante de la cámara no puedo evitar en algunos momentos emitir juicios. Por las arrugas que ya empiezan a hacerse más evidentes con el paso del tiempo, por las ojeras, por alguna otra desproporción de mi cara que no termina de ajustarse a lo que deseo o veo en otras mujeres, que operadas o no, sí que encajan en ciertos cánones.

Y es entonces cuando me planteo si desistir de mostrar ese vídeo o esa imagen, si dedicar más tiempo y energía para lucir “bonita” o al contrario, si darme el permiso y la libertad para mostrarme como me de la gana, como me sea más cómodo, que suele ser sin demasiado artificio. ¡Y qué liberador!

Y aunque no siempre es sencillo, me prometo a mi misma que ningún juicio de mi aspecto me va a impedir privarme a mi o a mi cuerpo de compartir, de exponerme, de vivir o de disfrutar lo que me de la gana. ¿Y sabes porqué?

Porque el cuerpo es nuestra casa

Es el lugar que nos permite experimentarnos, el espacio en el que vivimos y que nos permite estar vivos, lo más preciado que tenemos.

Es el vehículo que nos puede acompañar hacia nuestras metas, disfrutar de nuestras ilusiones, que nos permite relacionarnos, mostrar y expresar amor y afecto, independientemente de su forma, aspecto o tamaño. Y cuando nos privamos de eso, entonces nuestra autoestima sí que se resiente profundamente.

Porque sucede que envejecemos o que sufrimos una enfermedad que nos incapacita o tenemos alguna dificultad de movilidad o física y es entonces cuando empezamos a apreciar nuestro cuerpo más allá de su fachada externa. A valorar aquello que nos permitía hacer, sentir, experimentar.

Agradecemos a nuestras piernas que nos permiten caminar, nuestros ojos que nos permiten ver, nuestra piel que nos permite sentir. Y entonces cuando recordamos lo que es esencial.

🔸 RAQUEL BALLESTEROS- PSICOLOGÍA INTEGRATIVA Y COACHING- SESIONES PRESENCIALES Y GRUPALES.