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¿Gestionar el tiempo o la energía?

 

RelojAyer tuve una conversación con un amigo y en ella hablábamos de la “imposible” gestión del tiempo que hacemos en nuestra sociedad, basada en el modelo de productividad. Y como esta no respeta nuestra energía, nuestros ritmos o nuestras necesidades.

Reflexionando mucho y conociendo también cómo ha estado mi energía en los últimos tiempos, me doy cuenta que la conocida gestión del tiempo puede tener herramientas maravillosas en pro de la gestión de nuestra propia energía. Sin embargo, todo depende de cómo la usemos y para qué. Ya que la gestión del tiempo, de objetivos, de retos y metas, puede convertirnos en máquinas de hacer, desconectados/as de nuestros cuerpos y necesidades reales.

¿Cuál es la finalidad de gestionar mejor nuestro tiempo? ¿Ser más productivos, exitosos o eficientes? ¿O sentirnos mejor, ser más libres y sanos?

A raíz de esa conversación y con este inicio de curso me inspiró a escribir este artículo que deseo te sea útil. Este tiene dos partes, en una primera te invito a reflexionar sobre este tema y a observar dos enfoques distintos, uno el de la gestión del tiempo y otro el de la gestión de nuestra energía, que en realidad no tienen porqué estar enfrentados sino colaborar el uno con el otro.

En una segunda parte te explicaré las principales razones psicológicas y emocionales por las que nos sentimos agotados/as (física y emocionalmente) y te daré algunas recomendaciones para este cambio de paradigma, que yo misma estoy haciendo y que tiene que ver principalmente con cambiar el foco de atención, pensar más en “ganar” energía personal, física y emocional que en “ganar” tiempo.

¡Enfoquemos nuestro tiempo para invertir en energía y salud!

Si nuestro enfoque está puesto sobretodo en rendir más, tener más dinero, ser más exitosos/as, gustar más, tener más emociones “positivas”, sin duda necesitaremos invertir mucha energía controlando todas las variables para que nada se desmonte.

Este es un enfoque que nos mantiene en alerta y está basado en “la superación personal”, que sin duda es muy necesaria en muchos momentos. Pero que en muchas ocasiones está centrada en cumplir expectativas externas o con unos cánones determinados y eso no siempre suele salir como deseamos, al igual que nos deja agotados/as.

Si nuestro enfoque está puesto sobretodo en vivir más saludablemente, encontrarnos mejor o sentirnos más en paz a medio-largo plazo, necesitaremos bajar del pedestal y asumir que en ocasiones no vamos a cumplir con todo o con los demás. Necesitaremos entrenar nuestra frustración y nuestra humildad y aprender a ser vulnerables. Este segundo enfoque está más basado en uno/a mismo/a, en “aceptarse” y aceptar nuestros ritmos.

“Superarse” no es incompatible con cuidarse

Pienso que tenemos mal entendido el concepto de gestión del tiempo, que a menudo está enfocado al rendimiento y no tanto a la calidad de nuestro día. Nos esforzamos mucho en lograr un modelo ideal en distintas áreas de vida, que nos haga sentirnos perfectos o dignos. Para ello programamos objetivos, nos ponemos retos, establecemos categorías, ponemos horarios y nos esforzamos en conseguir resultados que muestren nuestros progresos a nosotros/as y al mundo, que nos hagan sentir dignos porque nuestra autoestima está puesta en los resultados inmediatos. Y así, vivimos aterrorizados con la idea de parar, por miedo a quedarnos “estancados” o a “no progresar” o a que “nos olviden”. Cuando generalmente es por el hecho de no parar, que nos agotamos, desistimos, nos quemamos o nos desconectamos de nuestras ilusiones reales.

Mi invitación es poner la gestión del tiempo al servicio de nuestra energía, para permitir que nuestras cualidades y lo que nos es posible, natural y necesario, brille.

En un próximo artículo te daré algunas claves para aprender a gestionar tu energía.