Como animales en la selva, estamos programados para sobrevivir y para reaccionar a las situaciones externas de peligro, desde el ataque o la huida.


Sin embargo, en una situación crónica a medio-largo plazo, dónde no hay un peligro real e inmediato,  actuar desde el instinto de “supervivencia” nos comportará mayor estrés, desconexión y malestar. Olvidándonos de parar, de sentir y conectar con nuestras necesidades y de buscar estrategias más adecuadas para enfocarnos hacia nuestras ilusiones.


¿En qué enfoco mis energías?


¿Te sorprendes a ti mismo a menudo, hablando constantemente de los problemas, de lo que te queda por conseguir o resolver? ¿Emitiendo quejas o críticas acerca de tu situación actual o la de los demás?


Si es así, sin duda estás centrado en sobrevivir. Y es que cuando “sobrevivimos” dedicamos nuestra atención a los problemas, respondemos a la vida desde el miedo, en lugar que desde el amor o la motivación. Vivir implica centrarnos en las ilusiones, escuchar nuestras necesidades y promover la actitud interna para favorecerlas, no desde la lucha sino desde la motivación, la escucha, la visión y la acción. Una actitud calmada, reflexiva y pausada, que puede comportar un gran cambio en nuestra vida.


Sobrevivir sin embargo implica luchar contra causas externas e incontrolables. Y esto es tremendamente agotador y estresante.


Y es que, como bien decía Osho: “La vida no es un problema a resolver, sino un milagro a descubrir” y esa es la actitud que precisamente puede ayudarnos a conseguir nuestros objetivos vitales.


Aptitudes como la curiosidad, la paciencia, el coraje, la confianza o la constancia, todas y cada una de ellas pueden entrenarse y adquirirse.


Aprender a detectar, los obstáculos internos y externos que nos impiden desplegar nuestro potencial, cultivar estas capacidades y empezar a vivir, es el primer paso para el cambio.


En un próximo artículo, abordaremos este último párrafo de manera más extensa.




Raquel Ballesteros T. (+34) 669 472 859 raquel@raquelballesteros.com



Raquel Ballesteros ©2010